jueves, 1 de noviembre de 2012

El sentido y la dirección del cambio.

Hacia donde voy? Hacia donde vamos?
Tiene sentido esa pregunta sólo en el estado de separatividad y anomia que nos caracteriza.
Si lo vemos cósmicamente, nos dirigimos hacia el eterno-infinito junto con el sistema solar, la galaxia, el universo conocido.
No sabemos si vamos hacia adentro o hacia afuera, si somos el resultado de un big bang o un big crunch, es decir si explosionamos o implosionamos.
Quién puede determinar esto...si todos somos parte de este sistema...de movimientos y referencias vagas.
Si lo vemos en nuestro micro cosmos, dependerá de cómo nos referenciemos en nuestro pequeño mundo terrenal y en nuestro entorno social.
Parecería que la percepción de los tiempos cósmicos y los propios de nuestra vida humana presente nos invitan a razonar en lo efímero ... lo efímero nos lleva a plantear la intensidad de las vivencias como medida del sentido y dirección de nuestras vidas.
La intensidad de esas vivencias no tiene que ver con la mirada hedonista, materialista o pasatista sino todo o contrario, con la internalización del momento presente de nuestra humanidad singular en conciencia que formamos parte de algo mucho mayor pero cuya existencia adquiere entidad desde nosotros, desde precisamente esa conciencia.
El cambio, entonces empieza y termina, con adquirir un estado conciente de integración por encima de toda separatividad y que nosotros, asociativamente somos ese campo de conciencia cósmica que le da sentido y dirección a nuestra existencia...hacia la conciencia de SER.
Así sea, 

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