Nada es azar.
Todo es sincronicidad.
Las ideas, los pensamientos, los
sentimientos, la imaginación
de cada ser humano genera una energía sutil que
se interconecta a través del campo de energía unificado que conformamos entre
todos.
Recursivamente el campo nos influye y cada uno influye a su vez en el
campo.
Por eso el cambio comienza por cada uno, es cada uno el que suma esa
sutil energía que luego, a medida que se generaliza va influyendo sobre el resto
de los nos integramos en el campo unificado y así, cada vez con más fuerza, la
conciencia individual y colectiva se afirma en un sentido y
dirección.
Pensemos un mundo en donde la naturaleza sea cuidada y respetada
para las generaciones venideras, imaginemos un mundo en donde el compartir sea
la idea que desplace al consumismo individualista, sintamos que el amor nos
permite superar la ilusión de separatividad existencial.
Este es el mensaje
permenente, el mensaje para la acción.
El cambio es una necesidad pero cada
uno, con su pequeña contribución es el instrumento que lo permite
realizar....
Pensá, imaginá, soñá y decidí cambiar...
Así sólo así,
podremos cambiar este mundo y transformarlo en un mundo digno para todos.
Así
sea.
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